SALVEMOS NUESTRAS CUENCAS
El agua dulce gana más peso, día a día, como el más importante recurso natural entre los que intervienen en el sostenimiento de la vida en nuestro planeta. Conservar, defender y usar racionalmente el agua dulce es responsabilidad no sólo de los gobiernos sino de todos los seres humanos sin distinción alguna. La conservación del agua dulce inmediatamente apunta hacia la protección y buen manejo de las cuencas hidrográficas, que son las fábricas naturales de este recurso indispensable. Desafortunadamente, con contadas excepciones las cuencas hidrográficas de países como Colombia no acusan el mejor de los manejos, sino por el contrario, mucho descuido y extremo deterioro, que han conducido a la desaparición de numerosas fuentes de agua en época de verano y a su breve retorno en época de invierno con fuerza descomunal que arrasa con todo, incluyendo sementeras, semovientes, infraestructura rural y urbana y vidas humanas. La deforestación masiva de la ladera andina, la plantación de especie