SALVEMOS NUESTRAS CUENCAS


El agua dulce gana más peso, día a día, como el más importante recurso natural entre los que intervienen en el sostenimiento de la vida en nuestro planeta. Conservar, defender y usar racionalmente el agua dulce es responsabilidad no sólo de los gobiernos sino de todos los seres humanos sin distinción alguna.

La conservación del agua dulce inmediatamente apunta hacia la protección y buen manejo de las cuencas hidrográficas, que son las fábricas naturales de este recurso indispensable. Desafortunadamente, con contadas excepciones las cuencas hidrográficas de países como Colombia no acusan el mejor de los manejos, sino por el contrario, mucho descuido y extremo deterioro, que han conducido a la desaparición de numerosas fuentes de agua en época de verano y a su breve retorno en época de invierno con fuerza descomunal que arrasa con todo, incluyendo sementeras, semovientes, infraestructura rural y urbana y vidas humanas.

La deforestación masiva de la ladera andina, la plantación de especies inadecuadas, el uso irregular del suelo, las quemas y el sobrepastoreo que vienen siendo lugar común desde la época de la colonia, han destruido la mayor parte de nuestras cuencas hidrográficas, reduciendo al mínimo los bienes y servicios ambientales que éstas proporcionan.

Es triste ver cómo, a pesar de algunas campañas publicitarias bien intencionadas, muchos de nuestros campesinos ignoran las buenas prácticas inherentes al manejo de las cuencas, contribuyendo así a su destrucción. No es raro ver, por ejemplo, que en general el campesino sigue cultivando sus eras en el sentido de la pendiente, incentivando en esta forma el arrastre y empobrecimiento del suelo y el deterioro de la cuenca donde su parcela se encuentra.

Es claro, pues, que ha faltado una estrategia educativa generalizada que vaya de la mano con la institucionalización de las cuencas hidrográficas como unidades básicas para el manejo ambiental. Si bien las Corporaciones Autónomas Regionales (CARS) cuentan en sus territorios con algunas cuencas hidrográficas que son ejemplo de buen manejo, sus limitaciones presupuestarias y de personal les impide adelantar una tarea en este campo con la cobertura deseada. Además, la estructuración de la mayoría de las CARS según unidades políticas departamentales lleva a la fragmentación de muchas cuencas hidrográficas entre varias Corporaciones, lo cual de ninguna manera facilita la aplicación de buenas prácticas de manejo.

Es preciso que las Corporaciones Autónomas Regionales sean adecuadamente financiadas y reestructuradas para que desarrollen su tarea con un enfoque orientado a la conservación y buen manejo de las cuencas hidrográficas. Las unidades educativas de las Corporaciones deben ser particularmente fortalecidas para que estos entes regionales trabajen conjuntamente con los campesinos en busca de la aplicación de las mejores prácticas; de otro lado, es necesario constituir comités de manejo de las cuencas hidrográficas -uno por cada cuenca, sub-cuenca o microcuenca- en los cuales deben estar representados los municipios que compartan la cuenca, los campesinos, las entidades estatales, el sector privado, las organizaciones no gubernamentales que trabajan en la zona y la ciudadanía en general. Estos comités deberán revisar los programas de conservación y manejo que se desarrollen en cada cuenca y harán un seguimiento de las inversiones y resultados.

El mejor índice de gestión de las CARS será entonces el adecuado manejo de las cuencas hidrográficas, aspecto que podrá observarse con facilidad en el terreno y a través del mejoramiento de los servicios ambientales de las cuencas, tales como la oferta de agua dulce en cantidad y calidad adecuadas, el control de las inundaciones, el incremento de la productividad de los suelos, la disminución del arrastre de sedimentos, la conservación de páramos y demás bosques nativos y el logro del bienestar de las comunidades del área en consideración.

Consciente de la importancia de estos temas, la Fundación Río Urbano, con la cooperación del Capítulo de Ingenieros Civiles y Ambientales (IcaAndes) de la Asociación de Egresados de la Universidad de los Andes (Uniandinos) y de otras entidades oficiales y privadas, inicia este año el ciclo de Seminarios/Talleres sobre Cuencas Hidrográficas Regionales con el primero de estos eventos, a realizarse en la sede nacional de Uniandinos en Bogotá el 20 y 21 de octubre. Posteriormente este programa se llevará a otras regiones del país y de ser necesario se buscará la participación de los países vecinos cuando se trate de cuencas hidrográficas compartidas por dos o más naciones.



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